sábado, 20 de diciembre de 2008

Otoplastía - Cirugía De Oreja


La otoplastía es la cirugía que se realiza para reposicionar las orejas prominentes o "en radar" a una posición más normal, más pegadas a la cabeza, o para reducir el tamaño de las orejas grandes, también para corregir defectos congénitos en su forma. Generalmente, es una cirugía que se realiza en niños entre los 4 y 14 años. Las orejas han crecido casi completamente a los 4 años, así que cuanto antes se realice la cirugía, menor será el ridículo que pase el niño en el colegio. La otoplastía también se puede realizar en adultos, no existiendo mayores riesgos en esta edad. 



La mayoría de los cirujanos plásticos recomiendan a los padres observar el comportamiento del niño en relación a sus orejas prominentes; no se debe insistir en la cirugía hasta que el niño así lo desee. Aquellos niños que se encuentran a disgusto con sus orejas y quieren operarse, cooperan más durante la intervención y están más contentos con el resultado.

Muchos pacientes, niños o adultos, pueden estar inseguros acerca del resultado de la otoplastía. Tenga en cuenta que se pretende conseguir una mejoría, no la perfección absoluta. No espere una simetría exacta, que incluso quedaría poco natural. Si comenta con su cirujano plástico, tanto el procedimiento, como sus expectativas y opciones, los resultados serán muy satisfactorios.

En la primera consulta, el cirujano plástico realizará una evaluación del problema y recomendará la técnica más efectiva para su caso. También le proporcionará las instrucciones para prepararse para la cirugía.

Ni el seguro social o los seguros privados incluyen la realización de una otoplastía por motivos estéticos, excepto en algunos países, y en casos en los que hay un trastorno psicológico asociado importante o cuando la deformidad es muy importante, y siempre y cuando sea durante la edad escolar.
La otoplastía se realiza en el quirófano, dentro de una clínica u hospital. Dependiendo del tipo de anestesia, el procedimiento se realiza en régimen ambulatorio (hospitalización por corto tiempo) o se permanecerá en el hospital la noche de la cirugía. 
Si el niño es pequeño, el cirujano plástico le recomendará realizar la intervención bajo anestesia general. Para niños mayores y adultos, se empleará anestesia local asociada o no a sedación, de manera que esté despierto durante la cirugía, pero relajado.

Una otoplastía suele durar entre 2 y 3 horas, aunque en casos complejos puede llevar más tiempo. La técnica empleada dependerá del problema concreto. Generalmente se realiza una pequeña incisión en la parte posterior de la oreja para exponer el cartílago auricular. Después se esculpe el cartílago y se dobla hacia atrás; se pueden emplear puntos internos para mantener la nueva forma. En ocasiones, puede ser necesario extirpar una parte del cartílago para obtener una oreja más natural. Por último se extirpa una cuña de piel de la parte posterior de la oreja. La cicatriz resultante de la otoplastía queda disimulada detrás de la oreja. La mayoría de las veces, aunque solo una oreja parezca anormal, se intervienen las dos para conseguir una mejor simetría.
La mayoría de los pacientes, niños y adultos, se encuentran bien a las pocas horas de la cirugía, aunque puede ser recomendable permanecer una noche en la clínica hasta que desaparezcan los efectos de la anestesia general. Se coloca un vendaje alrededor de la cabeza nada más finalizar la cirugía. Las orejas pueden doler un poco los primeros días, pero se alivia fácilmente con medicación. En pocos días se cambia el vendaje por uno más ligero parecido a una cinta de pelo. Es importante seguir las instrucciones de su cirujano plástico respecto al uso del vendaje, sobre todo por la noche. Debe evitarse durante el primer mes cualquier actividad en la que puedan doblarse las orejas. 
La mayoría de los adultos vuelven al trabajo a los 5 días de la cirugía; los niños vuelven al colegio en unos 7 días, siempre y cuando tengan cuidado con las actividades físicas.

Cuando la otoplastía es realizada por un cirujano plástico cualificado, las complicaciones son infrecuentes y de poca importancia. Sin embargo, como en cualquier otra intervención, existen riesgos propios de una cirugía y complicaciones propias de este procedimiento. Un pequeño porcentaje de pacientes pueden desarrollar un hematoma (acumulo de sangre bajo la piel), que se disuelve espontáneamente o que precise drenaje. Ocasionalmente, puede producirse una infección del cartílago que aumente el tejido cicatrizal de la oreja; su tratamiento consiste en la administración de antibióticos; en raras ocasiones puede ser necesario el drenaje quirúrgico.
Además de las orejas prominentes u orejas "en radar", existen otros problemas que también pueden solucionarse con cirugía. Estos incluyen la oreja contraída y la oreja en copa. También pueden mejorarse quirúrgicamente los lóbulos alargados y los lóbulos rasgados. El cirujano plástico también es capaz de crear una nueva oreja cuando se nace sin ella o se pierde por un traumatismo.
Hasta aquí con esta entrega, nos vemos en la próxima. Feliz navidad a todos.




 
 
 

Embarazo, apendicitis y cálculos en la vesícula biliar

  NUEVA YORK (Reuters Health) - Un estudio demuestra que las embarazadas no corren más riesgo de desarrollar una infección u otra compli...